Península Ibérica

 En la península ibérica es posible encontrar especies desaparecidas en otras regiones europeas. Es debido a que históricamente ha sido un territorio escasamente poblado si se lo compara con países como Alemania, Gran Bretaña o Italia, todos ellos de menor extensión, y a la tardía industrialización, que hizo que el declive de numerosas especies y la extinción de algunas otras fuera un fenómeno documentado a lo largo del siglo XX. También hay que destacar la gran cantidad de especies presentes debido a la influencia de la fauna africana (camaleón común, tortuga mora, corredor, erizo moruno, jineta, calamón, meloncillo, etc.).


Entre los grandes carnívoros destacan dos especies desaparecidas de buena parte de Europa Occidental: el oso pardo, que sobrevive en la cordillera Cantábrica y en ciertos enclaves pirenaicos, y el lobo ibérico, subespecie endémica de la Península. Aunque el carnívoro más emblemático es sin duda el lince ibérico, el félido más amenazado de todo el continente europeo. Mucho más numerosas son las poblaciones de gato montés, de zorro rojo y las de algunos mustélidos: el tejón, el turón y la comadreja; algo menos numerosas son las de nutria, marta y garduña. Los vivérridos están representados por la jineta; y los herpéstidos, por el meloncillo.


Los herbívoros están representados por especies bastante extendidas, como algunos cérvidos: el ciervo común, el gamo y el corzo. Hay poblaciones endémicas de cabra montés y reductos pirenaicos y cantábricos de rebeco. También está ampliamente extendido el jabalí. En los últimos años se esta haciendo un fuerte esfuerzo por recuperar al bisonte europeo,que es criado en reservas en los pirineos y en Castilla y león.


Tienen una buena representación varias especies mediterráneas de insectívoros: musarañas (Crocidura russula, Suncus etruscus), musgaño de Cabrera, topo ibérico, el raro desmán de los Pirineos; roedores: ardilla roja, lirón careto, topillos; lagomorfos (destacan endemismos como la liebre ibérica y la liebre de piornal), quirópteros (Myotis capaccinii, Myotis myotis, Pipistrellus pipistrellus, Tadarida teniotis, nóctulo común, Hypsugo savii) y algo menores de pinnípedos y cetáceos.

El número de especies de aves en la península ibérica es muy elevado en comparación al de otras faunas europeas. Esto es debido no sólo a su posición geográfica o a su diversidad regional y de biotopos, sino también al hecho de que diferentes especies propias del norte europeo o del África subsahariana invernan o nidifican en varias zonas de la Península. Además es posible el avistamiento de otras muchas que utilizan el estrecho de Gibraltar como paso de sus migraciones entre Europa y África.


Entre las grandes rapaces destacan carroñeros como el amenazado buitre negro o el quebrantahuesos. Más abundantes son las poblaciones de alimoche y buitre leonado. También en peligro se encuentra la emblemática águila imperial ibérica. En las montañas y bosques españoles aún habitan poblaciones de gavilanes, azores, elanios, alcotanes, águilas reales, calzadas, perdiceras, culebreras, esmerejón, halcón peregrino, halcón abejero... En las llanuras cerealístas se dan los aguiluchos, los ratoneros, milanos negros y reales. En pueblos y ciudades habitan cernícalos y lechuzas. También hay poblaciones de águila pescadora, búho real, búho chico, lechuza campestre, cárabo, autillo, mochuelo.



Águila imperial ibérica.

Los numerosísimos passeriformes cuentan con especies significativas, como el gorrión moruno. Los córvidos también están bien representados: urraca, arrendajo, graja, corneja, cuervo, rabilargo, chova piquirroja, chova piquigualda, grajilla. El abejaruco y la carraca revelan la cercanía del continente africano a la península una vez más.


Los Ciconiiformes cuentan con un variado conjunto de ardeidos (garza imperial, garza real, garcilla bueyera, garceta común, garcilla cangrejera, garza blanca, martinete común) y dos especies significativas: la abundante cigüeña blanca y la menos frecuente cigüeña negra.


Las llanuras cerealístas y los parajes semiáridos de las estepas ibéricas son el hábitat de la avutarda, el sisón, la ganga, la ortega y el alcaraván. En Canarias, principalmente en Lanzarote y Fuerteventura, habita el corredor y la hubara.


Las costas y ríos albergan a una gran variedad de limícolas, láridos, cormoranes y anátidas. Aquí hay que señalar la relevancia de especies como la gaviota de Audouin, la pardela cenicienta, el paíño europeo, la focha cornuda, los araos y alcas, etc. Las anátidas cuentan con especies comunes como el ánade real, ánade friso, cerceta común, ánade rabudo, porrón pardo, el pato cuchara, y otras más escasas como el tarro canelo o el tarro blanco.


Sin contar las observaciones accidentales o raras, la avifauna de la península consta de 352 especies, de las cuales dos son endémicas (águila imperial) y el rabilargo ibérico, nueve se encuentran globalmente amenazadas de extinción, siete fueron introducidas por el hombre y una más fue reintroducida tras haberse extinguido en la zona.

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